tu sonrisa tierna me iluminó dulcemente...
y remanso de paz, sentí en mi alma suavemente.
Fue mi imaginación, fue sólo deseos sabios;
si el fuego que tú me provocas, es así: eterno,
cuán feliz sería, si todo fuera verdad,

¡no soñaría! solo si fuera realidad,
entonces, me abrasaría a ti, todo este invierno.
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