
Déjame que te acaricie
por un momento, por un instante,
para que sientas el calor de mi piel
y conseguir que tu soledad no sea tan grande.
Déjame ser viento
en esta tarde de lamentos,
que quiero acallar tus penas
y alejar de ti, tus sufrimientos.
Déjame ser esa mano amiga,
ese hombro, donde tu cabeza arrimas,
y calmar con mis brazos
tus desvelos y tus dudas.
Déjame ser tu sombra
en esta noche, donde no hay luna
para velarte y acompañarte
para que hoy, no te sientas sola.
Déjame ser esa silla
donde descansas, donde te alivias
y comparte conmigo tus penas,
hagamos juntas, el recorrido.
Déjame que te ayude
a pasar este mal trago
amiga mía
que las penas compartidas,
son más llevaderas.
Aquí estoy amiga mía,
aquí para lo que tu quieras,
para hablar, para oír,
o simplemente
llorar en compañía.
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