2009/05/20

el mito de la caverna de platón..


En el libro VII de la República de Platón, podemos leer una parábola milenaria de vastas y profundas significaciones: El Mito de la Caverna.

El relato nos traslada a una caverna (parecida a una sala de cine actual) donde viven numerosos hombres encadenados a sus asientos y frente a un muro que hace las veces de pantalla. Desde atrás les llega un haz de luz que es atravesado constantemente por seres que portan los más diversos objetos, animados e inanimados, lo que hace que sus nítidas sombras se reflejen en la pantalla;además estos portadores pasan, unos callados y otros conversando entre ellos.

Pero ¿ qué pasaría si uno de los espectadores lograra romper sus ataduras y se diera la vuelta? En un principio, al contemplar directamente los objetos y quienes los portan, se desconcertaría y los juzgaría más engañosos que las habituales sombras y ecos. Pero si su audacia u otro móvil le arrastra al mundo exterior, desde donde se filtra el foco luminoso que le desconcierta y ciega, clamará para que vuelvan a dejarle en la caverna, en donde él puede ver y oir.

Platón dice entonces, que para que este hombre no enloquezca, debemos acostumbrarle poco a poco a la luz y a los objetos exteriores. Y al fin, llegará a la conclusión de que la luz del Sol es la causa indirecta de las ilusiones que en la caverna se perciben, y descubrirá que aquellas no eran más que sombras y ecos. Este conocimiento le tornará profundamente dichoso y ya no querrá volver a su esclavitud.

Imaginemos ahora que nuestro hombre, por amor a sus semejantes, decidiese volver a la caverna. Al principio, poco o nada distinguiría en esas penumbras; sus ojos acostumbrados a la pura luz, tendrían que readaptarse. Luego, explicaría a sus compañeros lo engañados que están al tomar las sombras y los ecos por seres reales y por voces, y con esta actitud solo provocaría sus carcajadas. Pero si este hombre siguiera insistiendo en sus afirmaciones, los encadenados creyéndolo loco, tratarían en lo posible de castigarlo por tales supuestas burlas.

Sócrates (maestro de Platón) explica a Glaucón (hermano de Platón junto con Adimanto), que el liberado es aquel que por sus elevadas aspiraciones,por su inteligencia y audacia personal ha llegado a la Realidad, a la conciencia despierta, y que además de Filósofo ha decidido ser Político en bien de sus semejantes, aunque la masa embrutecida desprecie la libertad, besando sus aprobiosas cadenas.

Desde el principio de su cautiverio, cada uno de los presos registró sus experiencias, tomando las sombras por realidades y los ecos por palabras emitidas por las mismas sombras, ya que la máquina de engaños, hábilmente montada y sus propias cadenas, no les permitieron más que ese único camino hacia el error (aunque aparentemente tuvieron libertad para elegir). Más tarde "los generosos amos" del recinto, que decían administrarlo en nombre de todos, invitaron e incluso forzaron a cada encadenado a elevar su voz y a intercambiar opiniones con los demás, diciéndoles que así les dejaban plena libertad para opinar y para elegir como jefe y guía al que quisieran de entre ellos.

Pero, ¿ qué libertad es ésta, si ya desde el principio está condicionada a la esclavitud y al error?

Periódicamente, un preso u otro dirigía las resoluciones de todos. Pero estas cabezas visibles nunca fueron las de los verdaderos jefes, los cuales montaron la máquina para su conveniencia egoísta e inhumana, aprovechando la caverna. Detrás de bastidores, estos siguen riéndose de los estériles esfuerzos de los presos y de sus parodias de libertad.

En la clave política, la caverna es el mundo material, las máquinas que permiten todo el montaje son las llamadas democracias, y los presos representan a los ciudadanos que, engañados se creen libres en su seno.

Uno podria preguntarse entonces::

¿Y si la caverna sea la sociedad en que vivimos?

¿Y nosotros fueramos los encadenados engañados por "los generosos amos" del recinto?

¿Cómo podríamos encontrar la luz?

Si, efectivamente la caverna es la sociedad en que vivimos, donde estamos encadenados, mirando hacia adelante a esa tela tipo cine donde miramos las sombras de lo que acontece, es decir, la sociedad , el sistema, nos muestra lo que ellos desean que pensemos. Qué trágico, pero así vivimos o bien sobrevivimos.

Exactamente, tienes razón, nosotros, la gente, los ciudadanos somos los encadenados y los "generosos amos del recinto ", son los políticos, los poderes económicos, los que tienen el poder.

¿Cómo podríamos encontrar la luz ? Liberándonos de las cadenas y saliendo de la caverna. Estaríamos ciego al principio, la luz nos enceguecería, pero poco a poco, con un esfuerzo personal sostenido, diario, podríamos ver la luz, es decir, encontrar nuestra conciencia, nuestro ser, nuestro yo interior y trabajar allí conquistándolo para así ser el constructor de nuestras vidas y de nuestros propios destinos.

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