siempre está a mi lado......

Me despierto muy temprano en la mañana, y él ya está sentado al lado de mi cama.
Me observa desde su capucha negra, con esos ojos claros que destellan en la penumbra.
Extiende su mano, pero decido no estrecharla.
Inspiro profundamente el aire turbio de la muerte, y decido enfrentarme a un día más, encerrada en el mismo calvario.
Desayuno frente a él, aunque siempre cae una de sus plumas en mi café... ¿Será por eso que sabe amargo?.
Comienza el viaje.
Él me cuida las espaldas, esperando que yo tropiece y me caiga, para reírse a carcajadas; pero me protege y me aísla del resto del mundo, abrazando y envolviendo mi cuerpo entre sus alas.
Cuando estoy sola, siempre se sienta a mi lado y me hace companía. Me ayuda a burlarme de la vida antes que ella se ría de mí.
Compartimos muchos gustos... la misma música estruendosa y deprimente, los mismos lugares lúgubres y nebulosos; las ganas de viajar en subte y sentir las vibraciones del aire. Hay sólo una cosa en la que está de acuerdo: yo creo en el amor. Para él es un sentimiento inútil, e incluso le doy asco cuando mi corazón palpita más rápido y fuerte por algo, para él, tan insignificante... (generalmente, se esconde entre las sombras y se pierde).
Siempre que me acaricia, siento en escalofrío en la espalda que me llega hasta el alma; y un beso suyo, puede sacarme el aire y oprimirme el pecho... si sus ojos me miran firmemente, advierto un filo recorrer mis venas.
Invariablemente cuando me acuerdo de los sueños que tuve y fueron destruidos, él está a mi lado, recordándome mis promesas, y el sueño que aún puede ser realidad... Eso es algo de él que nunca voy a comprender: Siempre quiso que lo acompañe, pero cuando quiero hacerlo, no me lo permite. Si cuando me caigo el se ríe; ¿por qué me ayuda a levantarme?
Creo que en el fondo, evitamos separarnos: yo seguiría sola y él debería acompañar a alguien más...
Mi ángel vigila mis sueños, los mantiene vivos, e intenta hacerme olvidar los muertos. Él se burla del destino que le toca llevar, y me invita a jugar entre las ánimas.

(a: tuky)