2009/05/22

The lady of shalott


cuenta la historia de Elena, la dama de Shalott, que fue encerrada en una torre donde tejía noche y día. Un susurro le anunció que le aguardaba una horrible maldición si miraba en dirección a Camelot: aunque desconocía en qué consistía la maldición, seguía tejiendo sin parar. Nadie la conocía, ya que vivía encerrada; algunos campesinos creían oírla cantar por las mañanas, al amanecer, y se referían a ella como a un hada. Su contacto con el mundo era a través de un espejo, que reflejaba la ventana, que le mostraba Camelot. En las telas que tejía se reflejaba lo que ella veía a través de ese espejo, como las aventuras de los Caballeros de la Mesa Redonda. Un día, a través del espejo, Elena vio a Lancelot y se enamoró de él. Dejó de coser y, sin poder evitarlo, miró hacia Camelot. En ese momento, el espejo se quebró, las telas salieron volando por la ventana y la maldición cayó sobre ella: bajó de la torre y cogió una barca.

Los versos del poema de Tennyson que corresponden a esta escena son:

Y en la oscura extensión río abajo

-como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shalott.
.
Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot:
Y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción,
a la Dama de Shalott.
.
Escucharon una tuna, lastimera, implorante,
tanto en voz alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente,
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot;
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción,

la Dama de Shalott.

En la escena que pinta Waterhouse se ve a Elena en una barca, fluyendo en dirección a Camelot. Se nos muestra una muchacha indefensa, con una simple túnica blanca en lugar de la poderosa bruja con el elegante vestido que solía tener. Su aspecto es el de una mujer agotada y caída a su destino, a su muerte. Su mirada está ausente, y sus brazos abandonados en señal de rendición.

Si se observan los detalles, se ven las telas en la barca que ella misma había tejido. Éstas narran las aventuras de los Caballeros de la Mesa Redonda, así como el amor que siente por Lancelot. También cobran importancia las velas, que se van apagando a medida que la dama avanza hacia su destino.


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