2009/05/18

cómo ama uno a los abuelos......


Rebeca tenía dos abuelos a los que adoraba, pero ahora están muertos. Y sobre ellos es la historia que os voy a contar.
Un día el abuelo falleció y la abuela quedó como un alma en pena vagando por la casa que habían compartido tantos años en amor y armonía. Aún tenía familia por supuesto, pero no era lo mismo. La abuela tenía mucha confianza en Rebeca, tanta que terminó confesándole algo que le ocurría: soñaba con su marido muerto.
"Hay cuatro puentes, y al final de los puentes está él, alargando la mano para que vaya con él".
Pasaron los días y los meses, y una noche fue Rebeca la que tuvo un sueño extraño:
Era pequeña y entraba a un ascensor con su abuela. Iban tomadas de la mano y el elevador ascendía pisos y pisos. Una especie de viaje sin retorno puesto que el ascensor no era familiar para Rebeca. No sabía cuántos pisos habían ascendido cuando, de pronto, el ascensor se paró y se abrieron las puertas.
La abuela soltó la mano de Rebeca y salió. Ella trató de avanzar pero su abuela le dijo: "No, tú no vienes conmigo". La abuela le sonrió en su sueño y aquí terminó todo.
Cuando Rebeca se despertó por la mañana su abuela había fallecido la misma noche. En el sueño se había despedido de ella.
Y me preguntaréis, ¿qué tienen que ver los cuatro puentes en esta historia? Cada puente es un mes. La abuela falleció cuatro meses después que su marido, o sea, cuatro puentes después... y recordad que ya os lo decía ella en su sueño: al final de los cuatro puentes, su fallecido marido le tendía la mano.

Tengo que avisar que Rebeca tuvo después y durante años la desagradable experiencia de "ver" a su abuela mirándola desde coches de desconocidos, como si la estuviera observando, y siempre, siempre, echaba a correr llorando hasta llegar a casa.

1 comentario:

  1. Sabías amor, que mi abuelo murió de cáncer? y que un tiempo después mi abuela le siguió, muriendo de la misma enfermedad. Yo me estaba llendo de vacaciones, por primera vez sólo, con unos amigos, y le pedí por favor que me esperara. Un viernes antes de salir, me esguincé el pie y me tuve que quedar sólo en el departamento, con el pie en alto, mientras mis amigos salieron, y de repente empecé a sentir ganas de llorar, una tristeza muy grande, sin saber porque, más lo presentía. Al otro día no quise ni llamar a mi casa, lo hice el domingo, y le pregunté a mi papá como estaban las cosas, me dijo que bien, aunque yo no le creí mucho. Tanto así que mis amigos querían quedarse un poco más en Chile y yo les pedí por favor volver... Apenas llegué, mi mamá me dijo: "Mati, tengo malas noticias!" y yo le contesté, "Ya se, se murió la abuela", ella se había despedido de mí...
    Lo mismo me pasó con Paquito mientras yo estaba de viaje... Besitos, como siempre! Matías

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