2009/05/09

para siempre tuya....



Después de la tormenta, viene la calma. Es precisamente entonces cuando me gusta observarte... cuando tu respiración es lenta y tus latidos con suaves, tus ojos cerrados no perciben mi presencia, y guardando el máximo silencio me escondo en una perspectiva desde donde pueda apreciarte. A veces, me pierdo entre las sábanas y comienzo un viaje. Me deslizo entre tus cabellos y juego un rato con tus comas, esquivo tus oídos para que no despiertes y le doy muchos besos a tu mejilla, deslizando cada milímetro deleitándome de tu nuca. Hasta que al fin llego al recorrido maravilloso de tu espalda, intentado de apoderarme de cada centímetro de su calor. Hay días en que me pierdo horas en ella besando cada parte de su extensión, otras veces me corro hasta tus brazos y recuerdo cada vez que con ellos me abrazaste y lo segura que me siento entre tu ternura y tu pecho. Es imposible que en mi recorrido me pierda de tus manos... de su suavidad al rozar mi mejilla y de la fuerza al estrechar mis manos. Eso sí, presto mucha atención a tus dedos entrelazados con los míos. Me distraigo ante tu pregunta de si estoy bien, y se me hace difícil responderte con toda sinceridad. Me encantaría explicarte que estoy de maravillas, que me siento feliz ó tal vez poder aclararte que desde que llegaste a mi vida (a pesar de todo) me siento completa, y no quiero a nadie mas que vos. Se me dificulta aun más si intento decirte que te amo y que sueño con vos inclusive despierta. Mi respuesta simplemente es un “nada mi amor, hasta mañana”...

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